El baile de los viejitos y don Atiliano López
En este viaje nos sumergimos en una tierra llena de magia, el bello estado de Michoacán. Esa noche, en nuestro lugar de descanso, Claudia leía una nota sobre el famoso baile de los viejitos, leía en voz alta la historia y significado del baile, al llegar a la parte en la que decía que la versión actual del mismo nació en Jarácuaro, me dijo: Jarácuro está a 40 minutos de aquí, ¿vamos mañana?. Inmediatamente acepté.
Al día siguiente después de desayunar tomamos camino a Jarácuaro, yo estaba un poco confundido, la nota que revisamos decía que Jarácuaro era una isla, no entendía por qué el navegador indicaba que podíamos llegar en auto, poco después y tras una investigación rápida en Internet, nos percatamos que anteriormente Jarácuaro era una isla, pero en la actualidad la isla se ha perdido, y ahora es parte del bloque de tierra con que conecta. Despejadas mis dudas, sabía que íbamos en la dirección correcta.
Un pequeño mural de un viejito me dio la razón, estamos ya en el poblado, creo que tanto Claudia como yo esperábamos encontrar un monumento, escultura, museo u otra evidencia de que en este poblado nació esta danza, pero al llegar al templo principal y centro del pueblo, no vimos nada, no había ni monumento ni museo, no vimos comercios vendiendo máscaras, plumas o recuerditos de esta danza. Aunque el templo es bonito y estaba decorado con un mural hecho con granos, mismo que era alegrado por un viejito en lo alto, ambos esperábamos conocer más.
El templo se encontraba vacío, solo paseaba por el atrio una señora joven, no perdimos oportunidad y Claudia tras dar los buenos días, le preguntó: ¿sabe quién puede contarnos sobre la danza de los viejitos?. La señora de inicio dijo no, para después decir: camine hacia allá, el señor Atiliano López pudiera contarles, su papá creo la danza. Acto seguido, caminamos hacia la dirección indicada.
La caminata hizo evidente que en el pueblo se ve poco o nada de la danza de los viejitos, pero eso sí, se ven muchos sombreros, y es que puedes ver a personas caminando con carretillas tocando de puerta en puerta para recoger sombreros, o la trenza de palma que se usa para crearlos.
Tras caminar un poco, preguntábamos por el señor Atiliano, hasta que después de recorrer unas cuadras y preguntar a 3 o 4 personas, dimos con él. Tocamos a la puerta pero nadie salía, decidimos esperar unos minutos, después de un rato un señor abre la puerta y nos saluda. Era el señor Atiliano.
Alegres nos presentamos, y le comentamos que hemos venido desde Guadalajara a conocer más sobre la danza de los viejitos. Tras unos minutos de charla en la puerta de su casa, el señor Atiliano nos invita a entrar y tomar asiento, y la charla continúa. Nos cuenta orgulloso sobre su padre, Tata Gervasio López, creador de la actual danza de los viejitos. Y nos hace ver que él mismo es todo un artista, pues es pintor, compositor, músico y danzante. Gracias a sus talentos, nos cuenta con mapa en mano, se ha presento en sin fin de ciudades en Europa y Estados unidos. Su sala está repleta de coloridos cuadros que el pintó, retratos de su padre, danzas, y paisajes de Michoacán. Los instrumentos musicales y sombreros llenan el espacio. Nos cuenta sobre la danza los viejitos, haciendo énfasis en que en la versión de su padre, solo danzan los más ancianos, y que muy pocos saben en realidad como se baila la danza.
Él también ha compuesto la danza de la cosecha del aguacate, así como decenas de piruekas, música propia del pueblo purépecha.
Aunque no encontramos lo que esperamos en Jarácuaro, creo que al fin de cuentas Claudia y yo encontramos más, tener la oportunidad de compartir un breve espacio con el señor Atiliano nos ha llenado de alegría el día, y sin duda ha sido una de las mejores experiencias en este viaje.
Quién compuso la pirekua erendepakua?