El café de olla es muy tradicional en México, yo lo prefiero en un jarrito o taza de barro. El sabor de un buen café fusionado con el sabor del barro me parece exquisito, podría decir que hasta embrujante.
Repasando la historia de las actividades comunes de nuestros antepasados, nos damos cuenta de que a lo que hoy llamamos artesanía antes eran artículos, herramientas y accesorios que tenían gran utilidad e importancia en la vida cotidiana.
Me doy cuenta de que la artesanía se encuentra presente en nuestros momentos cotidianos. Ahora más que nunca, admiro a los artesanos mexicanos por transmitir su conocimiento, y por tener conciencia del valor de la artesanía desde pequeños.